Es un asunto familiar.
Antes de terminar el pasado año, pasaba yo por la Calle Enriquillo y en la isleta que divide las dos vías vi a una señora ya entrada en años, vendiendo flores. Al verla sentada me dio un sentimiento de alta estima, porque a pesar de ser una señora ya entrada en edad estaba sentada debajo de un árbol, expuesta a cualquier cambio climático. Después de unos días decidí detenerme a conversar con ella.
La Doña, como le llamaré por aprecio, es oriunda de Barahona y su hija la asiste en la venta de flores durante el día, para luego retirarse a la universidad. Pero lo más curioso del caso es que éste es un negocio familiar, ya que no solo la Doña tiene su punto floral en esta esquina, sino que su esposo también tiene otro puesto localizado en la Privada casi llegando al Mirador. Para los que viven cerca quizás les suene familiar, porque según me cuenta su hija, el señor es todo un personaje.
Mientras estuve sentada con ellas escuché los cuentos familiares y me enteré cómo el pasado Diciembre su padre decidió extender el negocio de paletera y agregar unos cuantos fuegos artificiales al asunto; ella (el fruto de las entrañas de estos dos comerciantes) fue amenazada de muerte por un caballero que insistía que los precios de estos artefactos estaba por las nubes “¡Cómo se atreven!” le gritaba, a lo cual el padre al enterarse solo dijo “Ete’ negocio e mío y yo pongo el precio que yo quiera!”
También me cuentan como el padre insistentemente incita a sus hijos a comprarle a su madre ropa blanca, ya que el dice “Si esta mujer se muere no tenemos ni sabanas blancas para ponerle” – a lo cual la Doña le dice “¡Pero muérete tu primero!”, sumando al cuento, y esto según los relatos de la Doña, me dice que el susodicho se ha dado a la tarea a despertarla de sustos por la noches…. Que decir, que la vida es dulce y bella mientras se vive en familia.
Les exhorto a todos los que viven por el sector de los Cacicazgos que pasen por este bello negocio de flores colocado casi llegando a la Privada y les den una manita a nuestros hermanos dominicanos que solo se quieren ganar unos pesitos diarios para vivir una vida decente.
